Jesús España: “Las carreras populares están ayudando a que no se apague la llama de la cultura del deporte en nuestro país”

Jesús España.
Conversar con Jesús España es reconciliarse con lo mejor de nosotros mismos, reencontrarse con el rostro más noble del deporte y de la sociedad española. El del esfuerzo, el tesón y la ilusión por conseguir metas, personales y colectivas. Y estamos seguros de que no es habitual que a un campeón como él se le pregunte a qué taller lleva el coche o si le da mucha importancia a la puesta a punto del mismo. Pero resulta que sí, que detrás del deportista laureado, hay un ciudadano que ejerce, padre de familia, amigo de sus amigos –en el poco tiempo disponible que le dejan los entrenamientos- y que se preocupa por contribuir a la seguridad vial cuidando con el mismo mimo que sus frágiles tendones de Aquiles, los frenos, neumáticos y suspensiones de su Mégane. Tanto que sin saber cómo, de la forma más natural que uno pueda imaginar, lo mismo y con el mismo sentido común departes con él de lo que aportan las carreras populares al atletismo, de la institución que siempre ha sido “El feo” entre los talleres de Valdemoro o de lo importante que es educar a los niños en los valores del deporte. Incluso del fracaso que como sociedad representa el “doping” en la alta competición. En definitiva, un lujo. De atleta. Y de ciudadano.


A sus 34 años y con un palmarés de los que te suben al pódium de los libros de Historia, al menos de la del atletismo español y europeo, Jesús España sigue escribiendo algunas de las mejores páginas en caracteres dorados del relato épico de lo que es el fondo y el medio fondo de nuestro país. Quiso la mala fortuna que una lesión en el talón de Aquiles le privara, nos privara, de disfrutar, de disfrutarle, disputando los Juegos Olímplicos de Londres. “Al final fue lo mejor, no estaba en las mejores condiciones, podríamos haber forzado, haber llegado a meternos en la final, es muy posible, pero… ¿y luego?, lesionarse seriamente, con secuelas quién sabe si definitivas, no era un buen plan”. De primeras, sorprende la sangre fría del planteamiento. Pero en seguida sale uno de dudas: “Fueron días complicados hasta que tomamos la decisión de no ir a Londres, estuvimos trabajando hasta el final para evitar quedarnos en casa, pero no pudo ser. Por un lado, pesa mucho el espíritu, la pasión competitiva, las horas y horas que le has dedicado a preparar una competición tan importante como los Juegos Olímpicos. Pero por otro, pesa también la responsabilidad, el saber que lo que uno tiene y ha conseguido es el fruto de mucho esfuerzo, de mucha constancia, de mucha fe en ir consiguiendo cosas, y que no merece la pena romper esa trayectoria por forzar sin las suficientes garantías”.

Es aquí donde le preguntamos de dónde le vino a él la afición a correr. Y nos habla de su padre, ex futbolista. Y de Sebastian Coe, el campeonísimo británico. “De niño no había tantas carreras populares como ahora, ni mucho menos. Correr no era lo habitual. Hoy todo el mundo conoce a alguien que corre. Y eso, teniendo en cuenta que este es un país sin cultura deportiva, donde tanto en la prensa como en la escuela, que son los dos grandes espacios donde hay deporte, solo hay sitio para el fútbol, es bueno. De alguna forma, las carreras populares están ayudando a que no se apague esa llama. Lo ideal sería que el deporte, los deportes, las distintas modalidades del atletismo incluidas, tuvieran más peso en la educación de los niños, fueran más importantes en la escuela. Pero eso no pasa. Y ahora, con la crisis económica, menos que nunca. El deporte se ve más como un adorno que como un elemento fundamental de la educación de los niños. Por más que todo el mundo coincida que en la práctica deportiva se dan muchos valores importantes para la formación de las personas. En mi caso, empecé a correr a los 12 años porque me gustaba. Mi padre era futbolista del Valdemoro, extremo izquierdo, en casa se valoraba el deporte, y yo empecé a correr. A disfrutar de correr, a disfrutar también de la satisfacción de ir mejorando poco a poco con los entrenamientos, con el buen sabor de boca que deja la recompensa de avanzar después de la constancia en el esfuerzo”.

Hablamos de carreras populares y le contamos el propósito de la Carrera del Taller. Del empeño de Motortec AI, Asetra, AECA-ITV, Facua-Consumidores en Acción o la DGT por hacer seguridad vial desde los talleres. Sonríe. Y cuando empezamos a explicarle lo que aportan a la seguridad vial las micropymes que mantienen y reparan coches nos interrumpe. Es la primera vez que lo hace. “Me estaba acordando de El Feo, el taller al que en casa siempre hemos llevado el coche, un taller de Valdemoro, que seguro que ni se llama así, pero familiarmente y en el barrio le hemos conocido como El Feo”. Ahora los que sonreímos somos nosotros. “Pues me parece bien. Un coche no es cualquier cosa. Tendría que mirar los papeles. Pero es algo por lo que siempre me he preocupado. Por llevar el coche a punto. Y más desde que tengo a los peques –de 4 años y 20 meses-, hay que ser responsables”.


Le explicamos que la Carrera del Taller tendrá dos modalidades, de 5 y 10 kilómetros, y le pedimos unos consejos para los más populares de entre los populares que se decidan a hacerla. “Correr es fácil, pero eso no significa que uno pueda ponerse así como así a hacer maratones. Yo empezaría por preguntar a conocidos que hayan empezado a correr hace poco, o que tengan más experiencia, en el fondo es un poco igual, me interesaría por sus historias, por sus sensaciones… Los corredores hablamos mucho de correr y tendemos a animar a otros a hacerlo. Como grandes reglas de oro: prudencia y sentido común. Me refiero, claro está, a los que nunca antes han corrido una distancia de 5 o 10 kilómetros. Lo importante, en ese caso, no es ganar, no es la marca, sino disfrutar de la carrera, marcarse el objetivo de llegar a meta después de haber pasado un buen rato y habiendo competido quizá solo contra uno mismo, que son las carreras más gratificantes, aquellas en las que te demuestras que si quieres, con esfuerzo y constancia, puedes. Esa sensación, esa alegría de lograr tu objetivo, no se puede expresar con palabras. A los demás, a los populares más experimentados, que perseveren en sus objetivos de mejora y que animen a los recién llegados, que eso también resulta muy gratificante. Y finalmente, a unos y a otros, que calienten adecuadamente antes de la carrera, y estiren al acabar. En definitiva, que se trata de disfrutar y pasarlo bien”.

¿Cuál es tu próximo objetivo, Jesús? Le preguntamos. “El Mundial de Moscú, que se celebrará entre el 10 y el 18 de agosto. Estamos trabajando –esto es un trabajo en equipo, con la gente que me ayuda y motiva, mi entrenador, mi mujer, los niños…- para llegar en las mejores condiciones posibles a la prueba de los 5.000 metros. De momento, las sensaciones son buenas. Poco a poco iremos intensificando y adaptando el entrenamiento para llegar a punto al Mundial. Y confiamos en que todo salga bien”. Pues, nada, Jesús, un placer. ¡Y a triunfar en Moscú!